Un desconocido.

Un día normal; era temprano, esperaba a alguien, decidí sentarme en la plaza mientras llegaba. Cinco minutos pasaron y alguien se acerco a mí; a simple vista parecía un indigente. Caminaba hacia mí de una forma muy decidida. ¿Me irán a asaltar? pensé. Siguió caminando, hasta que alcanzo sentarse a mi lado. Yo estaba nervioso, probablemente el lo noto, "Tranquilo", dijo, "La gente siempre cree que les voy a hacer algo, pero que va, yo no soy de esos".

Lo vi por un momento, su ropa estaba sucia, su olor no era el mejor, piel con un color quemado, y el pelo opaco. "Llevo una semana sin llegarle a nada", dijo, "estoy quemándome por una piedra, pero ahorita solo quiero comer". Voltee la mirada hacia el, con un pequeño gesto en mi cara. "Gracias" dijo, ¿Porque? pregunte, "Por no verme con asco", esas palabras me sacaron una pequeña risa, mas también ayudo a crear aire de incomodidad para lo próximo que iba a decir; "El problema es que.. ahorita no cuento con mucho dinero, y sinceramente, no me puedo dar el lujo de gastarlo en un extraño", ¿Ni para una hamburguesa?, pregunto. "Ni para una hamburguesa...".

"Diay, compa, pura vida, no lo quiero seguir molestando...", dijo mientras se levantaba. Respondí con un simple "Gracias". Me dio la mano de para despedirse, mas antes de irse, me pregunto "¿Mae, usted esta en la universidad?, respondí con un susurrado "Si". ¿Quiere que le cuente una historia?...
Volvió a tomar asiento, no pude evitar notar el aire de inspiración que emanaba. Extrañado por la situación, decidí simplemente escucharle, me relaje y puse atención a sus palabras.

"Yo quería ser artista, músico, no se, siempre me gusto todo eso, pero mi familia me veía como un Ingeniero; por plata y estatus social, usted sabe como es. Nunca me apoyaron, me criticaban todos los días, me criticaban por todo. En mi frustración, me puse a vender collares por la U para ver si podía pagarme algún curso de algo. Me iba bastante bien; la verdad siempre tuve habilidad para eso. Pero mis padres fallaron en notarlo.
Conocí a muchas personas mientras lo hacia, recuerdo un grupo de amigos con quienes siempre salía; ellos parecían libres… yo quería ser como ellos. Todas las noches los veía: tomaban, usaban drogas y yo los seguía. En ese momento creí que era lo mejor para mi, olvide sobre el curso de arte; olvide para que vendía collares y esculturas. Pase mucho tiempo junto a una muchacha, amiga de ellos; fuimos novios. Juntos caímos de cada inimaginable viaje, ella paro un poco este estilo de vida, apoyada en que yo continuaría por ella.
Yo creía que ella me amaba, pero me di cuenta que era todo lo contrario; solo esperaba que yo cayera para levantarme; nunca evitarlo desde antes, nunca me abrazo para no tambalearme, nunca me dijo "no mas". Me daba impulso para luego dejarme caer, siempre con una fuerte zancadilla. Yo en mi confusión creí que era lo mejor.
Ella me dejo, y yo caí en un punto del cual no pude levantarme."

Pauso por un momento, y continuo.

"Eso fue hace seis meses, desde eso descubrí que tampoco tenia amigos; ninguno me ayudo dejarlo, ninguno me acepto en su casa y me apoyo. Yo solo era un "piedrero" mas.
Ahora estoy aquí, viviendo en la calle; tratando de dejar el vicio. Inclusive asalte a alguien una vez; fue lo peor que he hecho en vida, lo lamente tanto que hasta pensé en el suicidio.
Últimamente he estado tratando de dejar el vicio, llevo una semana sin probar nada. Pero a veces pienso ¿Para que?, por mas que me recupere, no hay nadie de el otro lado del muro que me aplauda.."

-¿Y su familia?, pregunte.

El se quedo callado, pasaban los segundos; una lagrima salió de su ojo.
-"Sabe algo, usted ha hecho lo que miles de personas no han podido"
-¿Que?
-"Escucharme, dejarme hablar, sonreírme, y recordarme quien soy. Nunca le había contado esto a nadie, no porque no quisiera, sino porque nadie había querido escucharme."

Me dio la mano, dijo "Gracias", y esta vez se fue. Desconcertado vi mientras se alejaba, vi mientras se acercaba a una pareja de jóvenes para pedir algo "Aun tenia hambre", recordé. Los jóvenes rápidamente le dijeron que no tenían nada, que se fuera. El volteo su cara hacia donde estaba yo, sonrió; siguió caminando.


2 comentarios:

Avy Faingezicht dijo...

Pucha.... las vueltas de la vida...
Que lástima no haber tenido algo para darle en ese momento, pobre hombre.

Una historia interesante, es increíble como todos tenemos esos prejuicios y obviamos todos los problemas que pueden haber llevado a alguien a una situación así.

El error está en creer que no hay vuelta atrás, siempre se pueden arreglar las cosas, con esfuerzo y dedicación se logra!

Buen blog, vamos a seguirle el paso, a ver qué sale!

1st.av dijo...

A mí me gustaría que me pasara algo como esto... Tuanis su forma de escribir =)